Inicio Destacados LO QUE DICEN LAS MALAS LENGUAS

LO QUE DICEN LAS MALAS LENGUAS

Dicen las Malas Lenguas que durante la pasada visita del gobernador Silvano Aureoles Conejo a esta ciudad trascendió el desdén que éste le hizo al regidor de pocas acciones y muchas fanfarrias, pues en otras ocasiones hasta se acomodaban (ambos) para las fotos y ahora se le relegó a un espacio donde ni su voz ni su nombre se oyeran.

Está claro que el individuo que dice representar al perredismo local solamente tuvo cinco minutos de fama al final del informe de Gobierno de Alex Espinoza el año pasado y después de eso se perdió en la nada.


Tan es así que llegó tempranito a la Escuela de Artes y aunque ya sabía que no lo iban a dejar entrar, se paró ahí para que lo vieran, luego una persona del equipo de protocolo se le acercó para decirle: “oye, ¿Tú eres el regidor? Es que vamos a ir a otros eventos y luego a la comida con los presidentes municipales. Y pos, este, ¿si sabes cómo es esto verdad? Lo de la contingencia y esas cosas, ya te explicaron. Pero, pos yo solo obedezco órdenes y me dijeron que no puedo dejarte entrar. Son órdenes de arriba. Aquí el tema es con los alcaldes y tu asunto es de grilla. Y pos, lo siento. Llámale a quien quieras, me dijeron que no entras y no entras”.

 

Dicen las Malas Lenguas que, en días pasados, los usuarios de las redes sociales y las almas puritanas del pueblo se sonrojaron tanto que les ardió la cara, tuvieron que irse de rodillas desde el Brinco del Diablo hasta el Camuchín, ida y vuelta y unos más se comprometieron a realizar mandas a San Juan de los Lagos con la suegra en brazos. Y es que, aquello que leyeron les espantó tanto que hasta se sintieron los más viles pecadores.

Resulta que, en una publicación en el feis, alguien le cuestionó a Ramón Maya Morales su pasado priista ahora que anda muy metido apoyando a Morena y éste sacó a relucir un florido léxico con el que llenó de mentadas de madre y otros calificativos y descalificativos a la figura de Víctor Silva, ex dirigente estatal del tricolor, acusándolo de corrupto, traidor, ratero, sin vergüenza y otras cosas peores.

Para entender eso, debemos considerar que Ramón Maya sabe perfectamente cómo se mueven las aguas en el PRI, pero también, solo dentro del tricolor conocen cómo se mueve el oriundo de Perros Bravos.

No sabemos si habrá segunda parte.

 

Dicen las Malas Lenguas que otro suceso que sacudió a las buenas conciencias fue el ataque que realizó el ex candidato a la presidencia municipal (eso de ex es solamente en el papel, porque lleva ocho años aspirando al cargo) Jonathan Bañales en contra de una funcionaria del Gobierno municipal de La Piedad.

Y es que, esta es la tercera o cuarta o quinta ocasión (ya no sabemos cuántas van) en que olvida las formas políticas y lleva sus problemas a un plano personal, atacándola en su moral y en su figura como mujer.

Se sabe la familia de la ofendida ha iniciado ya acciones legales en contra de Jonathan Bañales y que varias voces, en diferentes sectores, se han alzado a defenderla de los ataques misóginos, repudiando ese tipo de violencia.

No se trata de arroparla por su apellido o por que tenga un cargo en el Gobierno municipal. Se repudian esas acciones, porque se agrede a la figura de la mujer, se daña la moral pública, se fomenta el odio, la discriminación y se tiene una muestra de lo que puede suceder si alguien así llega a gobernar.

Nomás falta que le salga ahora lo cobarde y diga que él no es quien administra el portal de “El Diario”.

 

Dicen las Malas Lenguas que el pasado fin de semana se reunieron el Gobernador Silvano Aureoles y los presidentes municipales Alex Espinoza, de La Piedad; Daniel Zarate, de Numarán; Juan Luis Contreras, de Churíntzio; Jesus Zamudio, de Zináparo; Gilberto Alvarado, de Yurécuaro y Daniel Aranda, de Tanhuato (trascendió la ausencia del edil de Ecuandureo, Jesus Infante, que no contestó siquiera los mensajes de guasap que le mandaba el gober).

Ellos, signaron un convenio con el que se pretende dar un tratamiento adecuado a 200 toneladas de basura que se generan diariamente en tales demarcaciones y que se depositan a cielo abierto.

En teoría se escucha muy chido, pero luego cuando uno pregunta poquito se entera de que se invertirán 9 millones de pesos solo para un estudio de viabilidad, siendo que el CITIRS (que fue inaugurado por los ex gobernadores Leonel Godoy, Fausto Vallejo y Salvador Jara) nunca pudo entrar en funcionamiento porque hacían falta 5 millones de pesos para los detalles de infraestructura y de operación.

No se trata de ser negativos ni catastróficos, pero al ritmo en que fluyen los recursos lo más probable es que para finales de la administración, si bien nos va, apenas se estará concluyendo el dichoso estudio. ¿Y luego qué?

Ojalá me equivoque, pero todo parece indicar que es más dinero tirado a la basura.

 

Dicen las Malas Lenguas que el presidente de Morelia, Raúl Morón Orozco ya tiene rato dando vueltas por esta región para tratar de convencer a varios personajes con reconocida trayectoria en Acción Nacional a sumarse a su proyecto como aspirante al Gobierno de Michoacán.

Se le ha visto en varios restaurantes locales, conviviendo con algunos liderazgos de la zona, como el edil de Ecuandureo, Jesús Infante y otros liderazgos de la región de Tanhuato y Yurécuaro. A unos les ha ofrecido cargos en su administración, a otros les promete candidaturas a diputaciones, alcaldías y regidurías, con la condición de renunciar a sus principios (sí, eso es condición para afiliarse a Morena) y profesar a los cuatro vientos que “es un honor, estar con Obrador”.

Mientras esto ocurre, Yolanda Guerrero, que también aspira al Solio de Ocampo busca asesoría en pasquineros zamoranos, pide permiso a propios y extraños para ofrecer una conferencia de prensa a la que nadie acude y presume obras en fincas abandonadas que luego le refutan.

El otro aspirante, Cristóbal Arias, tiene fincadas sus ilusiones en una mente “brillante” que denuncia en Michoacán hechos negligentes de los gobiernos de Guanajuato. Además, carga con el lastre de haber perdido ya dos veces la contienda por el cargo que ahora pretende y su presencia divide las fuerzas (es un decir) que conforman la izquierda michoacana.

No es que digamos que Morón sea buen candidato, nada de eso. Ni siquiera se aproxima al título del “menos peor”.

 

Dicen las Malas Lenguas que para esta contienda que se avecina, las vacas están demasiado flacas. La gente ha dejado de confiar en partidos como el PAN, PRI, PRD y Morena, como organismo político, ha dado más decepciones que satisfacciones.

La única posibilidad es que los ciudadanos acudan a votar pensando, no en el partido, sino en el candidato, pero ahí es donde la puerca torció el rabo: el que no es conocido por tranza, corrupto, inepto o chapulín, de plano ni siquiera es conocido.

 

Dicen las Malas Lenguas que ya todos sabemos de las graves divisiones que hay al interior del PRI, donde está por un lado el equipo del inge Juan Manuel Estrada y por el otro la gente de Adriana Hernández; que, en el PAN, los afines a Alex Espinoza ya no son precisamente los discípulos de Arturo Torres y que los seguidores de Hugo Anaya no necesariamente simpatizan con César Oceguera ¿Quién va entonces con Samuel Hidalgo?

En el PRD hay más corrientes que militantes y del PT solo existe su dueña. El problema es que en Morena están igual o peor: hay un grupo que lo encabeza el profesor José Albavera y ellos se dicen los fundadores del partido, pero lo mismo argumentan los que siguen a Miguel Orozco; Fernando Arellano es líder ideológico de otra fracción que no es la misma de Gabriel Aguirre. Ricardo Guillén es el único funcionario emanado de éste partido, pero todos lo desconocen como morenista.

Jorge Varela dice representar a Cristóbal Arias, pero Cristóbal no representa a nadie.

Esto es un desmadre.

 

Dicen las Malas Lenguas que en las últimas fechas se han realizado cuatro manifestaciones o “marchas fifís” promovidas por una agrupación que se autodenomina FRENAA y que tiene como propósito destronar al presidente Andrés Manuel López Obrador.

Su movimiento ha sido cuestionado, por el hecho de que se manifiestan arriba de sus carros (algunos muy lujosos) con cartulinas y algunos letreros, pero nadie da la cara.

En esas manifestaciones hemos visto a personajes de antigua trayectoria panista (varios de ellos no refrendaron su militancia) entre los que se encuentran los ex regidores Rigoberto Melgoza Basurto, Erick Ramírez Basurto, Elia Rizo Ayala, Gabriela Zarate, algunos integrantes de la familia Guízar (de afición priista), asi como aquellos que algun día militaron en el PRD como Felipe Topete.

Están en su derecho de opinar, manifestarse, realizar marchas y hasta plantones, pero tendrían mayor credibilidad si lo hicieran como el resto de los ciudadanos: a pie y ante la mirada de todos.

 

Dicen las Malas Lenguas que los 12 regidores andan todos estresados preparando su segundo informe de actividades. Se aceptan voluntarios para enumerar la larga lista de logros conseguidos en estos 12 meses por parte de cada uno de ellos.

¿Quién se apunta?

 

Dicen las Malas Lenguas que, en el próximo proceso electoral difícilmente veremos a una mujer encabezar cualquiera de las planillas que busquen renovar el Ayuntamiento de La Piedad o la diputación local.

No es que falten opciones, mujeres capaces las hay a montones. La pregunta es ¿Cuál de todos esos partidos que navegan con la bandera de la inclusión, que se dicen defensores del género femenino, que presumen largos y apasionados discursos para exaltarlas, es capaz de llevar a una de ellas como figura principal de su planilla?

¿Qué no hay nombres? Ahí les va una lista: Brenda Orozco, Blanca Iris Espinoza, Vanesa Caratachea, Adriana Hernández, Teresita Cano, Selene Vázquez, Marcela Casillas, Laura Graciela Méndez, Natalia Salinas Bravo, Selene Guzmán, Yadira Aviña.

¿No son, cualquiera de ellas, más capaces y honestas que Samuel Hidalgo, César Oceguera, Hugo Pérez, Rodolfo Chavolla y Jonathan Bañales?

¿Acaso alguien opina diferente?

PD. Si usted no supo a quién nos referíamos en el primer párrafo de esta columna es por una razón: tan disminuido está el fulano ese que no nos alcanzó la tinta para poner su nombre.